Y ahora leo el título y pienso: «¿Qué leches estoy haciendo yo, sentando cátedra?» porqué parece que el título sea eso, y no. Yo no soy una super experta en lactancia, aunque después de tres años dando teta a mi hijo pequeño y un curso de asesora, alguna cosilla he aprendido.
Sin embargo, estos son los cinco puntos que, a mi entender, son básicos y fundamentales, lo cual no quiere decir que, si no se hace exactamente así, la lactancia vaya a ser un fracaso.
Ale, al lio.
- Contacto precoz con tu bebé: Esto quiere decir lo más pronto posible. En una situación ideal el bebé debería pasar directamente de estar entre las piernas de su madre a estar entre sus tetas. Cualquier separación innecesaria (pesar, medir, aspirar, vacunar…no son tareas inmediatamente necesarias) debería ser evitada por el propio personal hospitalario. De hecho, el bebe debería poder amamantarse de forma inmediata tras el nacimiento incluso en caso de cesárea, siempre que su mama y él mismo estén bien. Si en tu hospital existe un protocolo de separación del recién nacido, puedes negarte. En caso de que la nueva pareja mamá-bebé tenga que separarse por motivos de salud, se debería propiciar el reencuentro lo más pronto posible cuando estén recuperados y, si la separación se va a prolongar (por prematuridad, por ejemplo) indicar a la mamá como empezar a estimular la producción de leche, como extraerla y conservarla. Amamantar después de una separación larga no es imposible. Yo lo hice.
- Evitar el uso de tetinas: tu bebé no necesita leche nada más nacer. Las primeras 24-48 horas (a veces incluso más) tiene suficiente con el calostro que sale de tus pechos así que no necesita ningún suplemento de biberón ni de suero glucosado. Tampoco necesita un chupete. Todo el tiempo que esta chupando el chupete no está estimulando tu producción. Además el uso de tetinas puede confundir a tu bebé y originar un mal agarre. Es normal no tener leche «en seguida», no dejes que te digan lo contrario.
- La lactancia no duele: es posible que, cuando tu bebé se agarre al pecho las primeras veces sientas alguna molestia. Esta molestia es normal ya que estas viviendo una sensación nueva y te puede resultar rara. Sin embargo, en ningún caso, debes sentir dolor. La molestia inicial cede en unos segundos, un minuto a lo sumo y te dejará, máximo, una sensación leve de irritación que cederá pronto. Si hay dolor, heridas, grietas, ampollas…es posible que la postura no sea correcta o el bebé no agarre bien. Esto pasa a veces, no te angusties, se puede corregir. Es importante consultar con alguna asesora, doula, matrona, grupo de lactancia que te pueda bien aconsejar para resolverlo. No aguantes dolor. Repito, muy importante, la lactancia no duele.
- Libre demanda: esta es fácil de explicar…o no. Libre demanda quiere decir cuando el bebé pida. Da igual si pidió hace media hora, se le vuele a dar. No pasa nada, no te toma el pelo, no se queda con hambre…nada. Las primeras semanas pueden ser agotadoras y es normal que tengas la sensación de que estas todo el día con la teta fuera. El bebé es pequeño, se cansa, se queda dormido y hace tomas pequeñas a razón del diminuto tamaño de su estómago. Si hace unas cuatro cacas por día (del tamaño de una moneda de dos euros), moja unos 8-10 pañales, va ganando peso adecuadamente (los bebés que toman biberón engordan más rápido, esto es importante saberlo y evitar compararlos entre sí) todo parece estar marchando bien, aunque haga doce tomas al día. Los bebés amamantados rara vez están las famosas tres horas sin comer. A demanda también significa que mama todo el tiempo que quiere y de un pecho o de los dos. Depende de él. Nada de diez minutos de cada pecho. Cuando el bebé suelta un pecho se le ofrece el otro. Si lo quiere, estupendo, si no también.
- Sordera: importantísima esta, igual hasta tendría que ser la primera. No aceptes consejos de cualquiera. Rodeate en la medida de lo posible de otras madres que hayan amamantado, acude a un grupo de lactancia, observa si tu matrona y tu pediatra «controlan del tema». Si tienes alguna duda o preocupación acude a quien pueda garantizarte información veraz y ayuda (en este sentido es bueno saber que, por desgracia, no todos los pediatras saben de lactancia. De hecho los hay que no tienen ni idea) Si aparece algún problema, piensa que (a menos que tu decidas destetar) la solución no es un biberón.